Trump se declara inocente en el Rusiagate: negó que haya estado con chicas en Moscú

El ex director del FBI le entró al Congreso distintos memorandos de sus conversaciones con el mandatario estadounidense; el presidente multimillonario cree que la investigación en su contra es una “caza de brujas”.

El presidente estadounidense, Donald Trump, consideró hoy que el debate sobre su inocencia en el Rusiagate quedó zanjado, con la publicación a última hora de ayer de los memorándum sobre las conversaciones que mantuvo con el ex director del FBI James Comey, antes de su destitución en mayo pasado.

“Los memorándum de James Comey que acaban de publicarse muestran claramente que NO HUBO COLUSIÓN ni OBSTRUCCIÓN. Además, filtró información clasificada. ¡UAU! ¿Continuará la caza de brujas?”, escribió el mandatario en Twitter, su canal predilecto para declaraciones altisonantes.

Los registros -censurados en algunos fragmentos- fueron publicados por los medios a última hora de ayer después de que el Departamento de Justicia entregara una copia de los papeles al Congreso en respuesta a una demanda de los legisladores republicanos. De acuerdo a los informes, Trump y Comey -a quien el presidente llamó “bola de baba” y “soplón” la semana pasada- hablaron sobre la presunta posesión por parte de Rusia de material comprometedor en contra del mandatario.

En un protocolo fechado el 8 de febrero de 2017, Trump se mostró molesto porque su esposa pudiera pensar que estuvo con prostitutas durante una visita a Moscú en el año 2013. “El presidente dijo que ‘la cuestión de las prostitutas’ era una tontería”, señala Comey, aunque añade que Trump le contó que el presidente ruso, Vladimir Putin, alardeó de que en Rusia estaban “las putas más bellas del mundo”.

Estos documentos sobre sus reuniones y conversaciones telefónicas con Trump son considerados clave en la cuestión acerca de si el presidente intentó obstruir a la Justicia en la investigación acerca de si hubo complicidad entre su campaña y Rusia para que ganara las elecciones de 2016.  El vicefiscal general estadounidense, Rod Rosenstein, entregó los documentos con el objetivo de evitar un conflicto con los republicanos, que exigían tener acceso a ellos.

Semanas antes, el líder ruso había declarado que no cree en el contenido del dossier del exespía británico Christopher Steele, quien asegura que Trump pidió a varias prostitutas que orinaran el colchón de la misma suite presidencial del Hotel Ritz Carlton de Moscú en la que se había hospedado su antecesor, el expresidente Barack Obama, y su esposa, Michelle Obama.

En otro de los registros, del 28 de enero de 2017, Trump le dice a Comey que tiene “serias reservas” sobre la idoneidad de su entonces consejero de seguridad nacional, Mike Flynn, y a modo de ejemplo cuenta que el consejero olvidó hablarle de una llamada de un importante líder mundial.  Días más tarde Trump despidió a Flynn, supuestamente por mentir al vicepresidente Mike Pence sobre los contactos que había mantenido con el embajador ruso durante el periodo de transición antes de la toma del mando.

A Trump le gusta describir como “caza de brujas” la investigación del fiscal especial Robert Mueller, en la que está siendo supuestamente investigado por obstrucción a la Justicia y donde los miembros de su campaña son objeto de pesquisas por su posible coordinación con el Kremlin para influir en las elecciones de 2016.

(Télam)