Tsipras Europa celebran el fin de los “rescates” a Grecia, pero el ajuste sigue

Los acreedores de la deuda griega declararon el fin de la crisis, sin embargo, el gobierno heleno debe continuar con el programa de recortes.

El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, dijo hoy que su país ha “dado vuelta una página” e inició una nueva etapa, luego de que sus acreedores de la eurozona declararan el fin de ocho años de crisis griega y concedieran a Atenas un alivio de deuda en el marco de una estrategia que pone fin a sus rescates financieros.

El acuerdo en la reunión de los ministros de Finanzas del euro, o Eurogrupo, que se alcanzó anoche tras largas negociaciones, llega casi una década después de que una debacle de las finanzas griegas amenazara con dejar al país fuera de la eurozona y lo obligara a aceptar tres rescates financieros a cambios de aplicar grandes ajustes.

“Ha sido un acuerdo histórico”, afirmó Tsipras al informar al presidente griego, Prokopis Pavlopulos, de los resultados del Eurogrupo celebrado en Bruselas. “Hemos dado vuelta una página”, agregó, antes de subrayar que, gracias a la extensión de los plazos de amortización de los préstamos recibidos desde 2010, la deuda se ha hecho sostenible.

El primer ministro recalcó, no obstante, que el haber cerrado el tercer rescate no implica que Grecia pueda “abandonar el camino de las reformas y de la gestión prudente”, pero sí significa que abandona “el camino espinoso de la austeridad”.
En virtud del acuerdo, Grecia terminará con su tercer rescate financiero el 20 de agosto. “La crisis griega termina aquí esta noche”, dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, luego de 10 horas de maratónicas negociaciones del Eurogrupo en Luxemburgo, informó la agencia de noticias EFE.

El gobierno alemán de la canciller Angela Merkel celebró hoy el acuerdo.
“Que ahora, tras ocho años, el último tramo del programa de ayudas llegue a su fin es una buena señal para Grecia y para la zona euro”, señaló la viceportavoz del gobierno alemán, Ulrike Demmer.

El acuerdo amplía en 10 años los vencimientos de los préstamos del segundo rescate, de unos 22 a 32 años, y aplaza en 10 años, desde 2023 hasta 2033, la fecha en que Grecia debe empezar a devolver estos créditos y sus intereses. Además, prevé un desembolso de 15.000 millones de euros del último tramo, que engrosará el colchón de reservas hasta los 24.100 millones de euros y permitirá a Grecia cubrir sus necesidades de financiación durante 22 meses sin necesidad de recurrir a los mercados. Los socios devolverán a Atenas los intereses generados por los bonos griegos que tiene el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de la eurozona en pagos semestrales hasta 2022, lo que se traduce en un desembolso aproximado de 1.200 millones anuales.

Este desembolso estará, sin embargo, supeditado a que Grecia siga a rajatabla todos los compromisos adquiridos, cumplimiento que será supervisado cada tres meses, el doble de la frecuencia aplicada a los otros países que firmaron programas de asistencia financiera. Entre estos compromisos se encuentra mantener superávits primarios del 3,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) hasta 2022, y del 2,2  por ciento en los 37 años posteriores hasta el 2060.

El gobierno de Tsipras deberá además aplicar las reformas pos rescate aprobadas ya a priori -un nuevo recorte a las pensiones y la reducción del mínimo exento de tributación-, dos medidas que han levantado resistencia entre la población y han llevado a la oposición a hablar de un “cuarto” programa de reformas, solo que esta vez sin asistencia financiera.

El principal partido de la oposición, la conservadora Nueva Democracia, sostuvo que el acuerdo no aporta ninguna reducción o quita, sino una serie de medidas “nada espectaculares”.

“La gente no tiene la sensación de que el final del rescate traerá mejoras o más puestos de trabajo”, opinó Jens Bastian, un economista alemán afincado desde hace décadas en el país y ex miembro del grupo de trabajo de la Comisión Europea para Grecia.  “Para los ciudadanos, la fecha del 20 de agosto es completamente irrelevante, pues aunque Grecia saldrá formalmente del rescate, muchos aspectos del programa seguirán en pie”, agregó.

Desde 2010, Grecia recibió casi 273.700 millones de euros en tres programas de asistencia financiera acordados en 2010, 2011 y 2015.  A cambio, sus acreedores europeos le exigieron reformas estructurales y ajustes fiscales, que fueron muy resistidas por los sindicatos y una parte importante de la sociedad, que se movilizó de manera sistemática en las calles en los últimos años.

Los ocho años de crisis provocaron la caída de cuatro gobiernos y contrajeron la economía un 25 por ciento. El desempleo se disparó y todavía está por encima del 20 por ciento, lo que ha provocado un éxodo al extranjero de miles de jóvenes griegos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) saludó el fin de los rescates, pero expresó sus reservas sobre el cumplimiento de las obligaciones a largo plazo.
“En el análisis a mediano plazo, no tenemos dudas de que (Grecia) será capaz de volver a acceder a los mercados”, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, tras las conversaciones. Pero “respecto al largo plazo, tenemos preocupaciones”, agregó. El FMI jugó un activo rol en los dos primeros rescates griegos, pero en el tercero sólo actuó como observador por considerar que el volumen de la deuda griega era insostenible a largo plazo y que era necesario reestructurarla, algo a lo que se oponía Alemania.

(Télam)