Por qué el tierno Winnie Pooh fue censurado en China

Su imagen fue borrada de las redes sociales.

Winnie Pooh, el clásico y tierno osito que en las películas de Disney habita en una casita dentro de un árbol en el Bosque de los Cien Acres, está en la mira de los servicios de espionaje del Partido Comunista chino.  No por haber sido creado y popularizado por el estudio estadounidense. Tampoco por sus amistades, entre las que se incluyen el puerquito Piglet  o el tigre Tigger. La razón por la que los espías están detrás de suyo hay que buscarla en las redes sociales, extremadamente vigiladas en el gigante asiático.

Es sabido que una parte de la creatividad humana puede manifestarse en las redes sociales a través de bromas en fotos y memes. Y una de las “víctimas” de los usuarios de estas redes es ni más ni menos que el presidente chino Xi Jinping, quien fue comparado, alguna vez, con el cariñoso osito. Se ve que la comparación resultó, porque se expandió y esto no pasó por alto para los hombres del gobierno chino.

La criatura, creada por el escritor Alan A. Milne, fue puesta al lado de distintas fotos del mandatario chino, en distintas situaciones. Por ejemplo, saludando desde un auto, o en un encuentro de Xi Jinping con su par japonés Shinzo Abe.

La red social a la que apuntan los servicios secretos chinos es Sina Weibo, el Twitter utilizado en China. Allí, las imágenes de Winnie Pooh desaparecieron de la red. Lo mismo sucedió en el servicio de mensajería instantánea We Chat.

“Históricamente, dos cosas no han sido permitidas en China: organizaciones políticas y acciones políticas. Este año ha sido añadida una tercera a la lista: hablar del presidente”, le dijo al Financial Times el profesor de medios en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, Qiao Mu.

La censura ocurre a pocos meses del próximo congreso del Partido Comunista, en donde se renuevan sus principales autoridades. Muchos creen que la medida tiene que ver con no mostrar debilidades relacionadas a Xi Jinping, quien se prepara para ejercer su segundo mandato. Y para los dirigentes comunistas, que el presidente chino se vea reflejado en un tierno osito, parece ser motivo de alerta, incluso de prohibición de su imagen.