El presidente que dijo que mató un hombre por una mirada que no le gustó

Rodrigo Duterte, mandatario de Filipinas, dijo que apuñaló a su víctima cuando tenía 16 años. El jefe de Estado es conocido por su violenta política antidrogas.

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, afirmó hoy que mató a una persona con un puñal cuando tenía 16 años, una época en la que, según dijo, “entraba y salía de la cárcel” por sus frecuentes peleas.
Así lo relató hoy el controvertido líder de 72 años ante un grupo de trabajadores filipinos residentes en Danang, Vietnam, sede de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en la que participa. “Fue una pelea, un apuñalamiento. Yo tenía 16 años. Fue solo porque nos miramos el uno al otro. Con más razón ahora, que soy presidente. Si jodes a mis compatriotas, no te voy a dejar escapar. No me importan los defensores de los derechos humanos“, dijo con su habitual tono provocativo.
En otro tramo de su discurso, amenazó con “abofetear” a la enviada especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias, Agnes Callamard, quien denunció el gran número de muertes en manos de la Policía que dejó su política antidrogas.
No es la primera vez que Duterte, que hoy participó en un encuentro con los líderes de las otras 20 economías del APEC, hace declaraciones de este tipo, muchas de ellas apoyadas por millones de compatriotas. Una de las más llamativas ocurrió el pasado diciembre, cuando afirmó que había matado a supuestos drogadictos y traficantes de drogas mientras era alcalde de Davao.
Semanas antes de ser elegido, relató cómo disparó en la facultad de Derecho, donde estudiaba, a otro alumno que se había mofado de su característico acento sureño.
Más de 3.900 sospechosos fueron abatidos por la policía desde que empezó su campaña antinarcóticos y se estima que el número de muertos es superior a 7.000 si se suman supuestos drogadictos y traficantes en manos de particulares y patrullas vecinales.
Duterte ha sido criticado durante años por ONGs y grupos defensores de los derechos Humanos, entre ellas Human Rights Watch, que lo acusan de dirigir los “escuadrones de la muerte” de Davao, bandas de sicarios formadas por antiguos policías y soldados que habrían “eliminado” a más de 1.000 criminales para “limpiar” la ciudad.
(Télam)