El gobierno descartó una “cuestión política en la no visita” del Papa

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, descartó que haya una “cuestión política” en la decisión del Papa de no visitar Argentina.

Un protocolar intercambio de mensajes, con saludos y buenos deseos, fue el diálogo que mantuvieron ayer Francisco I y el presidente de la Nación, Mauricio Macri, mientras el Papa sobrevolaba cielo argentino.

“No consideramos que haya ninguna cuestión política en la no visita, hasta el momento, a la Argentina”, apuntó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al ser consultado en una rueda de prensa, esta mañana.

“La Argentina es su casa, es su tierra y no necesita invitación y él considerará el mejor momento para venir”, sentenció. “Lo que hemos reiterado siempre es que lo esperamos con el corazón abierto y que sería buenísimo para todos que pudiera venir”, agregó.

Francisco I llegó anoche a Chile, en donde permanecerá hasta el jueves, cuando partirá a Perú. Se trata de la sexta gira del Papa a América Latina en la que decide no visitar Argentina.

Ayer por la tarde, cuando volaba cielo argentino, el Sumo Pontífice envió un telegrama protocolar al presidente, Mauricio Macri, escrito en inglés, en el que manifestó sus “calurosos saludos” y sus “a toda la gente de mi madre patria”.

“Al sobrevolar el espacio aéreo argentino, le extiendo mis calurosos saludos y envío desde el corazón mis buenos deseos a toda la gente de mi madre patria, asegurándole mi cercanía y bendiciones. Les pido a todos, por favor, que no dejen de rezar por mí”, decía el telegrama.

Macri le respondió el saludo con un agradecimiento en nombre de “todo el pueblo argentino” del “saludo y la bendición”.

“Deseo que su visita a los hermanos de Chile y Perú sea fuente de paz, esperanza e inspiración. La Argentina lo acompaña con el cariño y respeto de siempre”, manifestó el mandatario, en un mensaje que difundió después en su cuenta de Twitter.

 

 

Francisco I envió el telegrama pasadas las 17.08, mientras atravesaba la Argentina, antes de arribar a Chile, a las 19.13, en un avión de Alitalia.

Si bien forma parte del protocolo habitual que el Sumo Pontífice envíe un mensaje desde el aire cuando ingresa al espacio aéreo de una Nación, se había generado gran expectativa sobre lo que podría decir en su paso por Argentina.

El Papa sobrevoló las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y San Juan.

Si bien en los meses previos a su visita a Chile y Perú, el Vaticano había considerado la posibilidad de una pequeña escala de Francisco I en alguna de las provincias  cordilleranas, para celebrar una misa con sus compatriotas, finalmente esa alternativa fue descartada.

El Papa había sobrevolado el espacio aéreo argentino el 10 de julio de 2015, en su ruta desde Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, hacia Asunción del Paraguay. En aquella ocasión, también envió un protocolar telegrama desde el aire a la entonces presidenta, Cristina Fernández.

 

EN SUS PRIMEROS MENSAJES, EL PAPA LLAMÓ A LA RECONCILIACIÓN Y PIDIÓ PERDÓN

Frente a unos 400.000 fieles, en el Parque O’Higgins de Santiago de Chile, Francisco I dio su primera misa en ese país y llamó a que “el espíritu de la reconciliación gane espacio entre nosotros”.

“Frente a la resignación que como un murmullo grosero socava nuestros lazos vitales y nos divide, Jesús nos dice bienaventurados los que se comprometen por la reconciliación”, planteó. El Sumo pontífice destacó a “aquellos que son capaces de ensuciarse las manos y trabajar para que otros vivan en paz”.

“De esta manera, la bienaventuranza nos hace artífices de paz, nos invita a comprometernos para que el espíritu de la reconciliación gane espacio entre nosotros”, agregó.

En su primer mensaje en Chile, anoche, en el Palacio de la Moneda, Francisco I expresó su “dolor y vergüenza” por los abusos a menores de parte de curas de la Iglesia católica.

“Aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, expresó  ante la presidenta de Chile,  Michelle Bachelet, y el mandatario electo, Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.

“Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, agregó.

 

 

(Con información de Télam)