Cumbre de las Américas: sin Trump y con el foco en Venezuela

El encuentro de mandatarios americanos también abordará el tema de la corrupción, en medio de los escándalos derivados del Lava Jato y Odebrecht.

Gobernantes de todo el continente americano iniciarán mañana en Lima la VIII Cumbre de las Américas, un evento que busca abordar la problemática de la corrupción y la crisis en Venezuela pero que queda seriamente devaluado por la ausencia del presidente estadounidense, Donald Trump.

La decisión de Trump de suspender a último momento su primera visita a la región como presidente aleja la posibilidad de compromisos a largo plazo sobre los temas de la cumbre, y además ensancha la brecha abierta con América Latina por la política migratoria y comercial adoptadas por su gobierno desde su llegada al poder, en 2017.

El anuncio de que no irá y será reemplazado por su vicepresidente sumó otro percance a una cumbre de dos días cuya organización se vio afectada por tensiones, tanto internas como externas.

El encuentro trienal es la única ocasión que reúne a todos los Jefes de Estado o de gobierno del continente, y su objetivo esencial desde su creación, en 1994, ha sido que los líderes de la región puedan relacionarse con el presidente de Estados Unidos.

Finalmente, luego de idas y venidas, y pese a escándalos y crisis políticas, el flamante presidente peruano, Martín Vizcarra, dará comienzo mañana oficialmente a la octava cumbre americana con una recepción y una cena para la treintena de mandatarios asistentes, entre ellos el presidente Mauricio Macri, en un teatro del centro de Lima.

Las discusiones deberán esperar hasta el sábado, cuando Perú confía en aprobar una declaración final sobre medidas conjuntas para combatir la corrupción, en un contexto de escándalos y causas judiciales derivados de los casos Lava Jato y Odebrecht.

Sin estar en la agenda oficial, Venezuela está llamada a convertirse en el tema central de la cumbre a falta de un mes para las elecciones anticipadas en las que Nicolás Maduro busca revalidarse en el poder y, sobre todo, por la crisis migratoria en la región causada por la salida de decenas de miles de venezolanos que huyen del país.

Maduro no estará en la cumbre porque Perú le retiró la invitación después de la convocatoria de las elecciones anticipadas, en las que el Grupo de Lima y Estados Unidos, entre otros actores, denuncian falta de transparencia y un veto a la oposición para permitir al líder chavista perpetuarse en el poder.

En el plano interior, la mismísima realización de la cumbre llegó a estar en duda en medio de la crisis política que terminó con la renuncia del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, que iba a ser el anfitrión del foro, irónicamente por corrupción, el tema oficial del evento.

Puertas afuera, Maduro amenazó con ir a Lima pese a haber sido “desinvitado”, agravando su enemistad con Perú y generando temores a alguna escena tumultuosa, hasta que esta semana confirmó su ausencia, argumentando que la cumbre a la que quería asistir “llueve, truene o relampaguee”, es una “pérdida de tiempo”.

(Con información de Télam)