¡Y otro Oscar para la colección! Adrien Brody se llevó a casa su segunda estatuilla dorada, esta vez por su impresionante trabajo en The Brutalist. La noche de los Oscar nos dejó con el corazón en la mano, especialmente en la categoría de Mejor Actor Principal, donde la competencia estaba que ardía.
Recordemos que el año pasado, Cillian Murphy nos dejó boquiabiertos con su magistral interpretación del padre de la bomba atómica en Oppenheimer, la aclamada película de Christopher Nolan que retrató la vida del controvertido físico. Pero este año, Brody se corona como el rey, demostrando que sigue siendo uno de los grandes.
¿Qué tiene de especial The Brutalist?
En esta película, dirigida por Brady Corbet, Brody se mete en la piel de László Tóth, un arquitecto que lo ha vivido todo. Sobreviviente del Holocausto, Tóth busca reconstruir su vida en Estados Unidos. La película es un viaje emocional intenso, con Brody dando una actuación que te deja sin aliento. Y no podemos olvidar a Felicity Jones y Guy Pearce, que completan un elenco de lujo en este drama cargado de tensión y profundidad emocional.
Brody: un actor de otro nivel
A sus 51 años, Brody nos sigue sorprendiendo y reafirma su estatus como uno de los actores más versátiles de su generación. Desde que ganó su primer Oscar por El pianista, no ha parado de regalarnos actuaciones memorables. Medianoche en París y El gran hotel Budapest son solo algunos ejemplos de su talento.
La competencia: ¡de infarto!
Brody no lo tuvo fácil. Se enfrentó a titanes como Timothée Chalamet (Un completo desconocido), Colman Domingo (Sing Sing), Ralph Fiennes (Cónclave) y Sebastian Stan (The Apprentice). ¡Casi nada!