Una pintura de Murillo, desfigurada por un restaurador improvisado

El dueño del cuadro le encargó la obra a un restaurador de muebles, que intervino una copia de La inmaculada de la peor manera.

Así como en 2012 la imagen del Ecce Homo de Borja “restaurado” voluntariamente por una mujer llamada Cecilia Giménez se hizo viral, ahora lo está haciendo la fotografía de una copia de la Inmaculada, un cuadro del pintor español Bartolomé Esteban Murillo pintado en el siglo XVII que muestra cómo le han devuelto esta obra a un coleccionista valenciano después de que este le encargase una intervención a un restaurador de muebles.

Las intervenciones inadecuadas sobre el patrimonio artístico son más frecuentes de lo que parece y provocan “cambios irreversibles” en algunas obras, como el que acaba de sufrir el rostro de La Inmaculada, que luce ahora desfigurado pese a haberse realizado dos intervenciones.

Todo comenzó cuando un coleccionista particular de Valencia encargó por unos 1.200 euros la limpieza del cuadro y otras piezas. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al devolverle obra, vio que el rostro estaba completamente desfigurado y que, además, guardaba un inquietante parecido con el inclasificable Ecce Homo de Borja.

Al acudir el particular y dueño de la pieza a recogerla advirtió que el cuadro había sido manipulado hasta el nivel de haberse desfigurado la cara de la Inmaculada.

Así, después de que el restaurador realizase una segunda intervención en la que se volvió a cambiar por completo el rostro representado, el coleccionista decidió denunciar públicamente los hechos y ha remitido a la prensa las imágenes que muestran lo sucedido, según informa Europa Press.

Malas decisiones que se repiten

Además, el dueño del cuadro se ha puesto en contacto con otro especialista, esta vez sí una persona formada en la labor, que intentará rehabilitar la obra para devolverla a su estado original deshaciendo los retoques se han hecho en las dos últimas intervenciones.

A raíz de lo ocurrido, la vicepresidenta de Relaciones Internas y coordinadora de la Asociación Profesional de conservadores Restauradores de España (ACRE), María Borja, señaló que sucesos como estos son “desgraciadamente mucho más normales de lo que se piensa”.

“Solo conocemos los casos que la sociedad denuncia a través de la prensa o las redes sociales, pero hay multitud de situaciones donde las obras son intervenidas por personas que no tienen formación. Las obras sufren este tipo de intervenciones no profesionales pudiendo provocar un cambio irreversible”, indicó.

(Télam)