Una obra de Payamédicos pone a jugar a las generaciones

El grupo de clowns de hospital Payamédicos presentan su obra “Juguete juguete”, una trabajo que propone reconciliar los juguetes y las prácticas del juego a pesar de la distancia generacional

El grupo de clowns de hospital Payamédicos presentan su obra “Juguete juguete”, con dirección de José Pellucchi y música de Carlos Gianni, en la que proponen reflejar un “mensaje de conciliación y en el que la fantasía puede producir realidad”, los sábados y domingos a las 15, en el teatro La Comedia.

“Se trata aquí de la valoración, tanto de los juguetes clásicos como de los más tecnológicos, es un ejemplo para ir más lejos y plantear una alternativa al pensamiento binario donde una posición aplasta a la otra”, explicó el doctor José Pelluchi, director y creador de la compañía.

“Es tan importante que un niño de 5 años le enseñe al padre a utilizar una aplicación de un dispositivo móvil, como que este lo lleve a remontar un barrilete a la plaza el domingo a la tarde. Ambas cosas son válidas como estructurantes de psiquismo y son generadoras de
subjetividad”, agregó.

 

 

La pieza recorre la historia del juguete con el fin de conocer cómo y cuándo se crearon, de la mano de una payasa adepta a la tecnología y otra con una personalidad más soñadora que adora a los juguetes clásicos, como el monopatín, la pelota, el trompo, el barrilete, las muñecas y los autitos.

Las canciones de la obra que se presenta en la sala de Rodríguez Peña 1062, de Capital Federal, están creadas con la ética que caracteriza a Payamédicos, quienes las interpretarán durante el año en todos los hospitales a los que asisten.

Esta asociación civil es una ONG sin fines de lucro que introduce el arte como herramienta terapéutica en la medicina, y está dirigida por un equipo de médicos psiquiatras, que cuenta con alrededor de 7000 integrantes en Argentina y 100 en Chile.

 

 

¿Cómo surgen los Payamédicos?

José Pellucchi: En 1992 investigué llevando obras de teatro con el Grupo Pepe Biondi dirigido por Ricardo Migueles, a las aulas magnas de los hospitales, donde acudían pacientes internados pero que podían trasladarse de su habitación. Tiempo después, trabajando como actor en el San Martín, en la obra de teatro “Seresleves” dirigida por Javier Margulis, decidí mostrar algunas escenas a pacientes internados en la Terapia Intensiva del Hospital Udaondo, donde yo era médico, ya que era un espectáculo muy tierno y poético, ideal para una persona que estaba sufriendo. La idea era hacer llevadera la estadía en la internación, transformar desde la belleza, el imaginario de “crueldad” del lugar y fortalecer la
relación medico-paciente.

Tiempo después, dado los resultados exitosos, como la normalización de la tensión arterial, frecuencia cardíaca y reducción de analgésicos y sedantes, convoqué a algunos miembros de Los Rivas, grupo de teatro dedicado a prevención de la salud, integrado por profesionales que yo había fundado en el Hospital Rivadavia y que luego pasó a ser el elenco estable de teatro de la Facultad de Medicina de la UBA. Con ellos se formó “Hospiteatro” y realizamos puestas de teatro breves frente a la cama de pacientes adultos internados en el Hospital Udaondo. Al poco tiempo la actividad se extendió a niños hospitalizados en el Hospital de Clínicas. Simultáneamente yo perfeccionaba mi formación actoral con la profesora Cristina Moreira, que introdujo la enseñanza del clown en nuestro país en los 80 después de formarse en París con el maestro Jacques Lecoq. Lo que aprendí con dicha profesora lo fui trasmitiendo al grupo. En 1999 se pasó a llamar Payamédicos y
en el 2003 se constituyó como asociación civil.

En sus creaciones, ¿qué los diferencia de una compañía teatral convencional?

Lo que se ve en nuestras obras es compatible con un formato de cualquier compañía teatral, de las que investigan con rigurosidad y obtienen resultados únicos. Lo que nos caracteriza es el “decir ético”, una modalidad discursiva donde se omiten frases, palabras, sílabas o significantes negativos, nosotros le decimos “palabras faltosas” y las reemplazamos por “palabras potentes”. Por ejemplo, en vez de decir “no habría ningún problema” (donde hay tres palabras faltosas: no, ningún y problema) decimos “está todo bien”.

En los Hospitales es relevante detectar las palabras que están contenidas en otras palabras, “paloma” contiene “palo” y “oma”, sílaba usada como terminación de los tumores. La palabra “memoria” contiene la frase “me moría”, para alguien que está enfermo con temor a morirse es seguro que le resuene por ese lado ya que tiene la “vía facilitada”. En “Juguete, juguete” tanto en el guión como en las canciones no existen palabras faltosas ni tampoco que promuevan un doble sentido de contenido sexual, respetando uno de los criterios del payaso que es promover un humor inocente, ingenuo e infantil.

¿Qué temáticas tienen en cuenta al momento de crear obras y componer canciones?

JP: En el caso de “Juguete, Juguete” cada escena describe el momento de la historia en que se inventó cada juguete, como la rueda, la pelota, el trompo, el barrilete, las muñecas y los autitos. Y las canciones que siguen a cada escena hablan de las características y lo que se puede hacer jugando con cada uno de esos juguetes.

¿Cómo surge esta obra?

Fueron cuatro años de investigación. Al comienzo el proyecto se creó como un
taller-montaje para investigar cuestiones filosóficas desde el género del payaso teatral. Específicamente abordamos una combinación de la historia de las formaciones socioeconómicas y los escritos antropológicos de Freud, y si bien estaba pensada para adultos, queríamos llegar más allá de un público intelectual, tal es así que estos temas tratados en forma payasa, con un tono pedagógico, nos fue llevando a pensar que los niños también podían entender el mensaje, entonces apareció como eje ordenador el tema del juguete y su historia.

¿Qué elementos tuvieron en cuenta para esta puesta?

Se estableció un plano real, que transcurre en el aquí y ahora y otro plano virtual, donde se envían a dos personajes construidos también virtualmente a explorar la historia de la humanidad para conocer cómo se inventaron los juguetes. Cada escena está unida por canciones y su correspondiente coreografia donde estos planos, real y virtual se interrelacionan a partir de los pasos de baile.

¿Cómo fue pensada la música?

La doctora Pérez Bromberg escribió la letra de las canciones describiendo las características de cada juguete y luego el músico Carlos Gianni compuso la música, teniendo en cuenta el imaginario planteado por estas descripciones y los ritmos pertinentes para los diferentes momentos del transcurrir de la obra.

¿Cómo definiría la labor de un payamédico?

Son personas de impecable comportamiento ético y moral que habiendo aprobado la educación secundaria y realizado una formación rigurosa, acuden a hospitales y otras instituciones para desarrollar una actividad terapéutica, aplicando la técnica del payaso teatral adaptada al medio hospitalario y a los conceptos médicos de la PayaMedicina, como los psicológicos, psicodramáticos, sociales, éticos y filosóficos clásicos y también una deontología de desarrollo propio.

Los payamédicos mediante recursos artísticos y lúdicos intentan sustentar un estado de ánimo optimista ya sea en personas hospitalizadas, institucionalizadas y aún en medios urbanos y zonas periféricas donde además promueven actividades solidarias y tendientes a favorecer las relaciones pacíficas entre los seres humanos.

 

(Télam)