Saltaron los tapones

El lunes comienza una nueva edición del ciclo FASE N°9, un encuentro de arte, tecnología y educación

FASE, un encuentro que cruza arte, ciencia y tecnología de referencia en la Ciudad de Buenos Aires, abre sus puertas desde mañana hasta el 26 de noviembre en cinco sedes culturales porteñas, con la participación de artistas de la Argentina, México, Uruguay y Colombia.

Bajo el lema “Intervenciones y Recorridos”, el evento propone exposiciones y actividades que combinan esos tres enfoques de trabajo desde diversos soportes (audiovisual, bioarte, perfomances) y formatos, tales como talleres y charlas entre artistas y científicos.

 

 

FASE se propone como un espacio de pensamiento, exhibición, reflexión, crítica y promoción de las artes visuales. Reúne a instituciones -públicas y privadas, nacionales y extranjeras- para destacar su labor de investigación y desarrollo en nuevos medios como la fotografía, lo audiovisual, el arte electrónico, las investigaciones digitales, la animación, el arte en internet, los videojuegos, la robótica, el video arte, la biotecnología. Está signado por ejes temáticos que mueven al pensamiento y a las asociaciones transdisciplinarias.

FASE se desarrolla en cinco sedes, en días distintos: en el Centro Cultural de la Ciencia lo hace desde mañana -que inaugura a las 18- hasta el 26 de noviembre; el Centro Cultural Recoleta del 21 al 26; la Casa Nacional del Bicentenario del 21 al 15; el Centro Cultural Ricardo Rojas del 22 al 25; y el Centro Cultural San Martín del 22 al 26.

Entre los invitados más destacados figura Iván Puig, artista mexicano que trabaja en torno a investigaciones sociales y políticas; el uruguayo Martín Craciun, artista visual, curador, profesor e investigador; el argentino Nicolás Varchausky, compositor, artista sonoro y docente-investigador; y los colombianos Jaime Rodríguez y Natalia Rivera.

 

 

En el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270) un destacado de esta edición es la obra “El Fin del Sol”, instalación de Alejandro Borsani que utiliza energía solar para alimentar una pantalla de bajo consumo y un micro-controlador encargados de la cuenta regresiva.

La original obra consiste en un contador digital que apela a un cálculo de la ciencia contemporánea según el cual dentro de 14.4 billones de años el sol consumirá todo su combustible y se volverá invisible para el ojo humano.

También en el mismo espacio se pondrá la instalación interactiva “Máquina de eclipses” de Santiago Carlomagno, que simula un eclipse en tiempo real a través de un proceso de programación y un sensor de movimiento que tiene al visitante como productor de dicho fenómeno.

 

(Con información de Télam)