Murió un segundo niño que había sido detenido por cruzar de forma ilegal a Estados Unidos

El pequeño migrante tenía ocho años; hace un mes, falleció una niña de siete que había sido apresada junto a su padre cuando intentaban cruzar la frontera.

Un niño inmigrante de ocho años, originario de Guatemala, murió hoy en un hospital del estado de Nuevo México (Estados Unidos) por causas que aún se desconocen y después de haber sido detenido por cruzar ilegalmente la frontera con México, informó hoy la Policía Fronteriza estadounidense.

En un comunicado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detalló que el pequeño de ocho años de edad murió este martes pasada la medianoche y por causas que aún se desconocen. Es el segundo menor que muere este mes bajo custodia de las autoridades estadounidenses.

A principios de mes, una niña de siete años, también de Guatemala, falleció bajo custodia de las autoridades migratorias estadounidenses, supuestamente por deshidratación y tras haber cruzado ilegalmente la frontera a través de una zona desértica del estado de Nuevo México.

Según detalló la CBP el lunes, el pequeño comenzó a mostrar signos de “una posible enfermedad” mientras estaba bajo custodia de los agentes fronterizos. Uno de los policías observó que el niño no se encontraba bien y, a continuación, fue trasladado con su padre al hospital Gerald Champion Regional, en la ciudad de Alamogordo, que se encuentra en el estado de Nuevo México y en el desierto de Chihuahua.

Una vez en el hospital, los médicos determinaron que el niño sufría un resfriado común y, cuando iban a darle el alta, se dieron cuenta de que tenía fiebre, según reportó la agencia de noticias EFE. De esa forma, el menor estuvo en el centro médico otros 90 minutos en observación y, finalmente, el equipo médico le dio el alta en la tarde del lunes y le prescribieron ibuprofeno y amoxicilina.

Anoche, el niño comenzó a tener náuseas y vómitos, de forma que los agentes migratorios decidieron volver a trasladarlo al hospital Gerald Champion Regional, donde el niño murió poco después de la medianoche.

El senador demócrata por Nuevo México, Martin Heinrich, aseguró en Twitter tener “el corazón roto”. “La administración Trump debe rendir cuentas por la muerte de este niño y por todas las vidas que pone en peligro con su caos voluntario y su desinterés por la vida humana”, agregó. “Una historia tan terrible a escuchar el día de Navidad”, afirmó por su parte Marc Veasy,, diputado demócrata por Texas.

De su lado, el gobierno de Guatemala solicitó hoy mediante un comunicado una investigación “clara” y en “resguardo” del debido proceso acerca de la muerte del segundo menor en menos de un mes bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense.

La causa de la muerte “está en investigación”, sostuvo la Cancillería, que ya pidió una respuesta acerca del fallecimiento el 8 de diciembre de la menor Jakelin Caal Maquín, quien 48 horas después de haber sido detenida junto a su padre en la frontera de Estados Unidos murió en similares condiciones.

La muerte del pequeño se dio en medio de la crisis migratoria en la frontera entre México y Estados Unidos, donde miles de centroamericanos esperan en la ciudad mexicana de Tijuana poder pedir asilo en el país vecino del Norte.

El número de detenciones de inmigrantes indocumentados en esa frontera está rompiendo récords este año, con un aumento de 11 por ciento en el año fiscal 2018, que concluyó en septiembre. Según informó a principios de este mes el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, 158.581 personas fueron detenidas entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018. Se trata de la cifra más alta registrada en los últimos dos años y es el número más alto desde 2014.

(Télam)