María Luján Rey: “Están las pruebas para condenar a De Vido”

La “tragedia de Once” ocurrió el 22 de febrero de 2012. El 13 de febrero de 2013, la causa fue elevada a juicio oral y público por parte del juez federal Claudio Bonadio. El juicio empezó el 18 de marzo de 2014.

Casi dos años después, el 29 de diciembre de 2015, llegó la condena de 21 de los 29 acusados, entre ex funcionarios del área de Transporte, empresarios de la empresa Trenes de Buenos Aires y el maquinista de la formación 3772 del Ferrocarril Sarmiento Marcos Córdoba. Después, otra sucesión de apelaciones y la confirmación de las condenas por parte de la Sala III de Cámara de Casación Penal, en mayo de este año.

Hoy fueron denegados los últimos recursos presentados por los condenados, que pedían la intervención de la Corte Suprema de Justicia en la causa. Si bien todavía tienen la posibilidad de apelar, el Tribunal Oral Federal Nº 2 que los juzgó está en condiciones de disponer que los ex funcionarios, empresarios y el motorman queden detenidos y empiecen a cumplir las penas impuestas en diciembre de 2015.

Casi cuatro años pasaron para que la tercera tragedia ferroviaria más grande de Argentina tuviera condena y casi otros tres para que el cumplimiento de las penas se haga efectivo.

“Creo que vamos a terminar de hacer justicia el 10 de octubre, cuando se conozca la sentencia contra Julio De Vido. Sabemos que nos va a tocar el mismo derrotero de apelaciones y demás, pero hoy tenemos que dar vuelta esta página: por primera vez, funcionarios y empresarios de un gobierno están condenados y presos por la muerte evitable de 52 personas”, dijo a Diario Vivo María Luján Rey, la mamá de Lucas Menghini Rey, una de las 52 víctimas de aquel 22 de febrero.

-¿Siente que en el caso de la “tragedia de Once” la Justicia fue más eficiente y ejemplar que en otros?

-En líneas generales, la causa manejó unos tiempos a los que la Justicia no nos tenía acostumbrados. Se logró la condena antes de cumplirse los cuatros años. Pareciera ser que los tiempos están más cercanos a lo que la sociedad espera. Pero también tengo que decir que estos tres años de espera, en algunos momentos, se hacían inentendibles. Se hizo un juicio con todas las garantías, se dictó sentencia en diciembre de 2015, se confirmaron las penas en mayo de este año y, sin embargo, tuvimos que esperar hasta hoy para que se cumplan las condenas.

-¿Qué cree que diferenció la “tragedia de Once” del caso AMIA, el de la Embajada de Israel, el de República Cromagnon, la muerte de Alberto Nisman y otros, que aún no tienen resolución?

-Creo que fue la lucha de los familiares, no bajar los brazos, y contar con el acompañamiento de millones de argentinos que piensan que la corrupción mata y que la “tragedia de Once” merecía justicia. El interés que despertó la causa en la ciudadanía puso la mirada en los jueces e hizo que el caso avance sobre el poder político y económico de entonces en nuestro país. (Claudio) Cirigliano tenía cientos de negocios con el gobierno y ahora va tener que cumplir su condena, la que le puso la Justicia.

-¿Los demás casos no movilizaron a la sociedad argentina de igual forma que la “tragedia de Once”?

-Yo creo que la tragedia llega muchos años después y que la ciudadanía, que lamenta que AMIA, que la Embajada, que Cromagnon se mantengan como un crímenes impunes, entendió que no quería que la impunidad volviera a matar. Las tragedias evitables y la impunidad se naturalizan. La Embajada, AMIA, Cromagnon también son parte de este logro. Mucha gente pudo despertarse a partir de ver que la corrupción mata.

-¿Espera que el Tribunal Oral Federal Nº 2 tenga una rápida resolución para disponer el efectivo cumplimiento de las condenas? 

– Espero que lo resuelva hoy, o mañana. Es hora de que cada uno de los condenados vaya a la cárcel, a cumplir su pena. Me parece que no se puede demorar un solo minuto más.

-Su libro, “Desde mis zapatos”, recibirá la declaración de interés cultural de la Legislatura porteña el viernes. ¿Lo siente también como parte del ciclo de su lucha por Justicia?

-El libro salió en 2015 y ha sido declarado de interés en varios municipios. Es un honor que haya sido declarado de interés cultural también por la Legislatura porteña, en forma unánime. Yo lo hice desde mis zapatos, pero podría haber sido escrito desde los zapatos de cualquiera de los familiares de las víctimas, porque representa el dolor, pero también la esperanza de que es en las instituciones donde debemos encontrar las respuestas. Para mí es un honor recibir el reconocimiento de la Legislatura, pero comparto el orgullo con todas la familias. Y no creo que tenga que ver con otros tiempos más que con los que se dan.

-¿Considera que se hizo Justicia?

-Creo que vamos a terminar de hacer justicia el 10 de octubre, cuando se conozca la sentencia contra Julio De Vido. Entendemos que están las pruebas para que la Justicia lo considere responsable y lo condene. Sabemos que nos va a tocar el mismo derrotero de apelaciones y demás, pero hoy tenemos que dar vuelta esta página: por primera vez, funcionarios y empresarios de un gobierno están condenados y presos por la muerte evitable de 52 personas.