María Elena Walsh: la casa en donde la autora imaginó sus obras es patrimonio nacional

María Elena Walsh en un diálogo con Gabriela Massuh, recordó: “El centro de la casa de mi infancia era la cocina. Allí, en la cocina y en el comedor de diario transcurría la mayor parte de las horas productivas”. La charla tuvo lugar por iniciativa de Massuh quien, después, convirtió estas y otras cosas contadas por Walsh en el libro “Nací para ser breve”, en el que investiga cómo hizo la escritora, compositora y cantante para convertirse en una referente indudable de la cultura argentina.

“El resto, hacia adelante o hacia atrás era muy misterioso”, agregó Walsh, sobre su casa de la infancia, en Ramos Mejía, en el oeste bonaerense. Ahora, su hogar, el que rememoraba con Massuh, ya forma parte del patrimonio nacional, tras una colaboración entre el Ministerio de Cultura de la Nación, el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires y el Municipio de Morón.

La compra de la casa en donde Walsh escuchaba a su papá y a su hermana tocar el piano a cuatro manos, ubicada “cerca de la estación” del tren Sarmiento fue presentada hoy, con la presencia del ministro de Cultura Tristán Bauer y el intendente de Morón, Lucas Ghi.

Foto: Ministerio de Cultura de la Nación.

“Estamos muy contentos y orgullosos con esta adquisición que nos permitirá darle a la casa, donde vivió una de las figuras mas importantes de nuestra cultura, el valor que se merece y convertirla en un espacio cultural abierto a toda la comunidad. Acá seguramente vamos a poder recrear los maravillosos universos de María Elena, tan únicos e irrepetibles”, expresó Bauer, en la presentación de la iniciativa.

Tras pasar varios años deshabitada, ahora, con la participación de la Fundación María E. Walsh, la vivienda será reparada y convertida en un centro de interés cultural. La casa con jardín delantero, salón comedor y de piso embaldosado, como ella decía, recibirá nuevamente el trabajo luminoso y despabilado de Walsh, como cuando ella empezaba a conocer Ramos Mejía.

“En mi primera infancia Ramos era un pueblo de casas viejas y largas, a veces con un pequeño jardín al frente, barrotes de bronce y balconcitos”, le dijo a Massuh sobre su barrio, al que recordaba con nitidez. A partir de hoy, las ideas de María Elena Walsh podrán encontrarse nuevamente por sus calles.