Por qué los monos aulladores son claves para detectar la fiebre amarilla

El Ministerio de Ambiente informó que está vigilando las poblaciones de los animales, seriamente afectados por el virus transmitido por el mosquito Aedes Aegypti.

Una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para aquellas personas que viajan a determinadas áreas de Brasil, en riesgo por un brote de fiebre amarilla, despertó la alarma en nuestro país. Si bien no se trata de una novedad que en los estados de San Pablo, Río de Janeiro, Espíritu Santo, Salvador de Bahía y Minas Gerais la infección está presente, la nueva advertencia de la OMS impulsó a una gran cantidad de personas a vacunarse, más allá de si pasarán sus días de descanso en los lugares afectados por la enfermedad.

Pero mientras cientos de personas realizan filas larguísimas en los vacunatorios del país, el Ministerio de Ambiente se ocupó de difundir que el mono aullador está siendo vigilado. La atención sobre el animal tiene una explicación específica: funciona como centinela de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes Aegypti.

El mono aullador está en peligro de extinción, y la fiebre amarilla no hace más que aumentar los efectos negativos sobre las poblaciones de este especie. Para estos monos, una infección por este virus puede ser letal.

Según comunicó la cartera de Ambiente, a cargo del rabino Sergio Bergman, se activó la red compuesta por el ministerio, y las provincias de Corrientes y Misiones, para “analizar el circuito de detección, notificación y diagnóstico de decesos de estos animales por la enfermedad”. “A su vez, se repasaron los procedimientos en cuanto a los requerimientos de calidad de las muestras para su análisis en el laboratorio y las normas de bioseguridad”, agregaron.

Si bien aclararon que los simios no representan un peligro para las personas, desde el Ministerio de Ambiente recomendaron que, ante el hallazgo de un mono muerto, se informe a las autoridades locales ambientales o a los centros de salud más cercanos y se evite el contacto con el ejemplar.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

A través de un comunicado, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) resaltó que la vacuna la deben recibir solo las personas que viajen a las zonas de riesgo y que además no tengan contraindicaciones.

La entidad científica señaló, además, que “la vacuna contra fiebre amarilla debe aplicarse al menos diez días antes del viaje y no es necesario recibir refuerzos”. Asimismo, también indicaron que está contraindicada para personas que hayan recibido un trasplante, tengan alteraciones del sistema inmune, VIH, para adultos mayores de 60 años y menores de seis meses.