La vida clandestina de Josef Mengele en la Argentina

La nueva novela del escritor y periodista francés, Olivier Guez explora uno de los episodios más incomprensibles de la historia: la vida clandestina de Mengele desde que llegó a una Buenos Aires peronista hasta su muerte, en 1979, en una favela brasileña.

La Argentina funcionó en la década del 50 como un destino tentador para muchos dirigentes nazis que llegaron a estas tierras con la expectativa de montar una nueva vida tras el ocaso del régimen. Esta instancia, según el escritor Olivier Guez, fue posible gracias a las expectativas de Juan Domingo Perón y de una política de “amnesia absoluta” que imperó en Alemania tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Las historias de los criminales nos dicen tanto como las historias de los supervivientes acerca de nuestro continente y del período de posguerra. A Perón le da igual lo que haya ocurrido en Europa en la Segunda Guerra Mundial. Lo que él pretende es construir la nación, la economí­a y el ejército lo más rápidamente posible. Y como hacen falta una o dos generaciones para formar a buenos militares y a buenos médicos, decide importarlos“, explica Télam el escritor, autor del libro “La desaparición de Josef Mengele”.

Guez, profundiza sobre el tema y afirma: “Hay que marcar en primer lugar una diferencia entre el gobierno y la sociedad argentina. El gobierno de Perón tenía un plan muy preciso y estaba convencido de que la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia iba a desencadenar una guerra nuclear. Perón, que tenía sueños de grandeza para la Argentina, se dio cuenta de que ahí podría encontrar una veta para que el país se convirtiera en una superpotencia.

Pero había un gran deficit de ingenieros, pilotos, médicos, etc… En lugar de esperar 25 años para formar a la gente, el gobierno decidió ir a buscarlos a Europa y habilitó una red que facilitó la llegada de muchos criminales de guerra. Pero la Argentina de Perón no fue el único país que apeló a la idea de importar científicos alemanes. Pasó los mismo en Estados Unidos y en Rusia. La diferencia es que en esos dos países a los nazis no les estaba permitido seguir reconociéndose como tales

La memoria colectiva se presenta siempre como un debate urgente y necesario en las sociedades que han atravesado grandes catástrofes colectivas. Sin embargo, este proceso demoró bastante en desencadenarse en Alemania.

En los años 50, Alemania no hace ningún trabajo de memoria“, sostiene Guez. “Este trabajo empieza al final de los años 70 por una razón muy simple: no había que debilitar las superestructuras del este y del oeste. Cuando cae el nazismo, no parece ser un buen momento para balances. Por entonces no se toca el sistema judicial, tampoco la policía ni la medicina, y muy poco la política. Entonces la mayoría de los que habían formado parte del régimen nazi permanecen en sus cargos. Toda esa generación que tenía entre 25 y 30 años al momento de la Segunda Guerra Mundial permanece hasta que se jubila en los 70. Recién ahí Alemania se siente en condiciones de iniciar su trabajo de memoria”

Asimismo, el escritor francés afirma que “contar la historia de Mengele me permitió contar también esta trama que está como en el subtexto del libro. No se pueden entender los 30 años de Mengele en Sudamérica si no tenemos toda esta cuestión presente

El autor describe el clima de época que imperaba en la Argentina por aquellos años. “A mediados del siglo XX había un antisemitismo muy marcado en la Argentina“, sostiene. “Y eso está detallado en el libro en paralelo a las andanzas de Mengele en la Argentina. En los años 30 hubo un movimiento fascista muy fuerte encabezado por intelectuales argentinos, sin contar las comunidades alemanas que ya estaban implantadas en el país y que tenían una tendencia pro nazi

Olivier Guez es escritor y periodista. Nacido en la ciudad francesa de Estrasburgo, escribe para El New York Times y el Le Monde. Además, es autor de cinco ensayos geopolíticos, y dos novelas, y guionista de la película El caso Fritz Bauer. El filme trata sobre la vida del fiscal que persiguió a numerosos nazis. La película cosechó varios premios como el Deutscher Filmpreis 2016 al mejor guión.

“La desaparición de Josef Mengele”, obtuvo el Premio Renaudot 2017 y se convirtió en un gran éxito de ventas en Francia. La novela aborda uno de los episodios más incomprensibles de la historia: la vida clandestina de Mengele desde que llegó a una Buenos Aires peronista hasta su muerte, en 1979, en una favela brasileña. La obra se presenta como una demsotración del fracaso de la captura de uno de los criminales nazis supuestamente más buscado; explorando la complicidad de los gobiernos de la región.

FICHA TÉCNICA:

Título: “La desaparición de Josef Menguele”

Autor: Olivier Guez

Sinopsis: Desde 1949, año en que llegó clandestinamente a Argentina, y hasta su muerte en 1979, Josef Mengele, bajo otros nombres (pero por un tiempo con el suyo), se escondió, o vivió «discretamente», en Argentina, Paraguay y Brasil.

Sostenido económica y moralmente por su familia desde Alemania o por oportunos «protectores» filonazis, y protegido por Perón y Stroessner (entre otros), el médico que en Auschwitz cometió atrocidades sinnúmero nunca fue detenido ni juzgado; a pesar de que lo buscaban el Mosad y Simon Wisenthal.

Soberbio, vanidoso y convencido hasta el final de haberse sacrificado por Alemania y la humanidad, el llamado Ángel de la Muerte trató de llevar una vida corriente (casarse, tener hijos, trabajar); e incluso regresó en dos ocasiones a Europa, hasta que se convirtió en un claustrofóbico prisionero de sus propias esperanzas.

El relato frío, preciso y esclarecedor de sus pasos hasta el fin de sus días, y de todas las complicidades personales y políticas que explican por qué nunca pagó por sus crímenes, dibuja un retrato muy difícil de olvidar.

Editorial: Tusquets

{Con información de Télam}