La vera pasta

Discos de vinilo y pasta: 10 disquerías para todos los gustos

Hace ya al menos una década la moda retro, vintage marca tendencia. Año tras año, algún aspecto destacado de alguna década pasada, sobre todo de las comprendidas entre los 60 y los 80 vuelve en forma renovada. A veces son modelos de calzados, a veces ropa, a veces peinados, y como toda tendencia, conlleva un contexto, un concepto, y los objetos y la decoración no son la excepción.

Es complejo indicar si los discos de pasta volvieron, o en realidad nunca se fueron, pero lo cierto es que los aficionados salieron a buscarlos por todos lados. Y no hablamos solo de aquellos vinilos míticos, incluso originales de bandas legendarias. Vinilos hay también, desde hace tiempo, editados por bandas actuales, discos que no dejan de fabricarse. Lo que vuelve, es la práctica de escucharlos. Para no perderse nada de este revival, a continuación presentamos una lista de disquerías que guardan los vinilos más exclusivos y raros de la ciudad. Un mundo al que se entra con la mente abierta y se sale con nuevos sonidos. Una nueva practica que no vuelve solo de la mano con el consumo musical, sino, por ejemplo, con la idea de escuchar un disco entero, poder apreciar ediciones de colección, graficas, y la reflexión sobre lo musical desde un lugar que con las nuevas tecnologías no se pierde, pero al menos se vela, se destiñe.

Mientras que en las grandes cadenas ofrecen los títulos clásicos y populares, las disquerías más chicas tienen el desafío de satisfacer el apetito de los más exquisitos. ¿Dónde consiguen sus discos los coleccionistas más empedernidos?

Una lista con posibles refugios que melómanos, coleccionistas, buscadores de tesoros y curiosos vintage pueden indagar:

 

El Gallo Cantor

(Galería Apolo, avenida Corrientes 1382, Tribunales)

Este lugar apunta a un público muy específico: el coleccionista. Esta pequeña disquería de la galería Apolo no tiene una batea de ofertas o de nuevos lanzamientos, sino de usados en buen estado y LPs imposibles de conseguir en otro lado. Hay discos de Spoken Word de Jorge Luis Borges, álbumes infantiles (la música de Meteoro, He-Man o Titanes En El Ring), canciones inéditas de artistas latinoamericanos como Silvio Rodríguez, y primeras ediciones de clásicos del Rock Nacional, desde una edición sin abrir de Invasión 88, el compilado punk del que  surgieron Attaque 77 y Flema, (¡con el librito y los calcos originales!), hasta la edición original de 1973 de Artaud de Pescado Rabioso, famoso por su tapa amorfa, que es uno de los más codiciados (su precio de $13.000 así lo demuestra).

Hugo Latorre, dueño del local, dice que busca la mercadería como si fuera para su colección personal. Además, admite que las nuevas reediciones en vinilo de Rock Nacional no afectaron sus ventas porque no suenan igual que los discos originales. “Estas reediciones están hechas con el mismo máster del CD, no con las cintas originales. Por eso los coleccionistas prefieren la primera edición con soplidos que éstas nuevas”, explica.

 

Exiles

(Honduras 5270, Palermo)

Es posible que hayan pasado por la puerta de esta disquería sin darse cuenta. Ubicada en el corazón de Palermo, Exiles tiene una entrada angosta y un escaparate mínimo que hacen que pase totalmente desapercibida entre los cafés y las tiendas de diseño e indumentaria.

Al entrar al local, es posible encontrar a Paco, su dueño, conversando en inglés con turistas extranjeros que se acercan a comprar vinilos. Les está dando su habitual “tour” por el Rock Nacional en el que durante diez minutos suenan Los Gatos, La Máquina De Hacer Pájaros, Pescado Rabioso e Invisible, entre otros. Un estadounidense se sorprende por el sonido de Pappo’s Blues. “Suena a Black Sabbath pero la grabación costó varios millones menos que a Ozzy Osbourne”, le dice Paco, que para que los angloparlantes entiendan quién fue Luis Alberto Spinetta lo describe como la cruza entre Bob Dylan y Jimmy Page.

Paco es como Rob Fleming, el protagonista de la novela Alta Fidelidad de Nick Hornby: es el clásico disquero que conoce absolutamente todos los discos que tiene a la venta y se toma todo el tiempo del mundo para atender a cada uno de sus clientes, en especial a los indecisos que quieren incursionar en nuevos sonidos.

Hay vinilos nuevos y usados de todos los géneros. Es muy recomendable la sección de Funk y Soul, que tiene desde maxi simples descatalogados de Prince hasta LPs de bandas de Zimbabwe de los ’70. Pero se destaca más que nada el material de The Rolling Stones. “Somos la disquería más Stone de la ciudad”, admite Paco, que la bautizó Exiles por el álbum Exile On Main St. que editaron Sus Majestades Satánicas en 1972.

 

Oíd Mortales

(Avenida Corrientes 1145, Local 17, Obelisco)

A metros del Obelisco, hay un pequeño local de colores fuertes que invita a los melómanos a sumergirse en una fina batea de vinilos importados de Rock de los ’60, particularmente del llamado Rock de Garage y de la Psicodelia. Esta disquería los llevará a un viaje lisérgico por álbumes de artistas olvidados y de culto que hicieron tan maravillosa esa década, como The Residents y The Blues Magoos.

Pero no sólo de viajes mágicos y misteriosos viven los hambrientos de nuevos sonidos. Es por eso que Oíd Mortales también trae los discos de las nuevas promesas del Indie de las que habla la prensa especializada de Inglaterra en este preciso momento. ¿Alguien pidió el último de Foxygen? Acá seguro que está.

 

Cactus

(Uruguay 290, Tribunales)

Un clásico de la zona. Cactus tiene un impresionante catálogo de vinilos nacionales e importados, nuevos y usados. Hay que ir con tiempo y tomarse el trabajo de revolver las bateas con atención, ya que las ofertas ocultan gemas olvidadas y la sección de discos nuevos traídos de afuera tiene reediciones para todos los gustos, desde álbumes clásicos hasta el último de la banda indie más nueva que se les ocurra.

La colección de Cactus abarca todos los géneros, Rock y Pop nacional e internacional, Jazz, Folklore, Música Clásica y World Music y revolviendo aparecen increíbles cajas de discos y ediciones de lujo. ¿Quieren los primeros álbumes de Mott The Hoople? La disquería los tiene en un hermoso box set numerado y limitado de cuatro discos. ¿Una grabación pirata de The Beatles con descartes de estudio de 1963? También la tienen. ¿Y qué tal una edición limitada de mil discos de una sesión de The Who en vivo en la radio? Se consigue en Cactus.

Para los amantes del Rock Alternativo de los ’90 hay rarezas como un disco en vivo de Sonic Youth que se editó solamente en Australia y Nueva Zelanda o un simple de la banda de Rock sueca The Hellacopters que tiene forma de pizza.

 

Miles

(Honduras 4969, Palermo)

Con una ubicación estratégica -a la vuelta de Plaza Serrano y al lado de un bar con un ambiente especial- está pensada para comprar varios títulos juntos y sentarse a leer las láminas, las letras y los créditos de los discos, es decir, el ritual que hace todo amante de la música antes de poner el LP en el tocadiscos.

Con 34 años en el mercado, su dueño, Gustavo Brcic, sabe con qué cautivar a los clientes y atraer a los neófitos. Lo que más hay es Rock, Jazz y Tango y, si bien no se dedica a buscar discos raros, cuando los consigue les da un lugar privilegiado en el local. Un compilado inhallable de Almendra, el segundo álbum de la banda de culto nacional Los Teddy Boys y una edición alternativa del debut de 1975 de El Reloj, banda pionera del Hard Rock local, titulada Blues Del Atardecer, son algunos de sus tesoros.

“Subió mucho la venta de vinilos, pero tampoco bajó la de CDs”, aclara Brcic. Por eso tiene un extenso catálogo de discos compactos de Jazz nacional que espera que pronto se reediten en vinilo.