La segunda reunión entre Trump y Kim Jong-un terminó en un fracaso

La cumbre entre los mandatarios terminó en la nada porque Estados Unidos se negó a levantar las sanciones contra Corea del Norte.

La desnuclearización de Corea del Norte y su proceso de distensión con Corea del Sur quedaron suspendidos hoy y sin fecha de reanudación al fracasar la segunda cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, que terminó antes de lo previsto por diferencias en las expectativas de las partes.

La segunda jornada de la cumbre iniciada ayer en Hanoi se inició con señales de sintonía entre los dos líderes, pero se cerró abruptamente sin la firma de la declaración conjunta que habían negociado y con la admisión del mandatario estadounidense de que es posible que no vuelva a reunirse con Kim en “mucho tiempo”.

“No había nada bueno que firmar. Fue por las sanciones. Básicamente ellos querían que las levantáramos de forma íntegra, y nosotros no podíamos hacer eso, así que tuvimos que retirarnos”, afirmó Trump en una conferencia de prensa en la capital vietnamita, informó la agencia de noticias EFE. “Estaban dispuestos a desnuclearizar una gran parte de las áreas que queríamos, pero no todas las que queríamos. Así que tuvimos que retirarnos”, agregó el mandatario después de que ambos líderes se marcharan cada uno por su lado tras sus conversaciones en el hotel Sofitel Legend Metropole.

Según el presidente estadounidense, Kim le ofreció desmantelar el centro de investigación nuclear de Yongbyon, donde el régimen produce el combustible para bombas atómicas, pero exigió a cambio un levantamiento de sanciones, un punto que Washington consideró inaceptable. “Teníamos papeles preparados para firmar, pero simplemente no era lo adecuado. Prefiero mil veces hacerlo bien que hacerlo rápido”, recalcó Trump, que partió de regreso a Washington tras la rueda de prensa.

Según Trump, no volverá a reunirse con Kim “en mucho tiempo”.

Estados Unidos y Corea del Norte llevaban semanas negociando una declaración conjunta para dar seguimiento a la suscrita en su primera e histórica cumbre de Singapur de junio pasado, en la que planeaban incluir ciertos avances en materia de desnuclearización a cambio de un modesto relajamiento de las sanciones económicas adoptadas por Washington.

En los días previos, llenos de optimismo, se rumoreaba incluso que Kim y Trump podrían firmar una declaración de paz en la península coreana, un documento no vinculante pero de gran peso simbólico en una región que sigue técnicamente en guerra tras el armisticio de 1953 con el que terminó la Guerra de Corea. Las partes evaluaban establecer oficinas “de enlace” en sus respectivas capitales, un primer paso en el camino para iniciar relaciones diplomáticas entre los dos históricos enemigos, y se esperaban posibles avances en la devolución de los restos de soldados estadounidenses caídos en la Guerra de Corea.

Sin embargo, todo fue abortado ante un desacuerdo fundamental en el tema central, la desnuclearización, sobre el que no se produjeron avances desde el encuentro de Singapur. Kim, por su parte, escueto, respondió a los periodistas que está dispuesto a desnuclearizar su país. “Si no tuviera voluntad de hacerlo, no estaría aquí ahora”, sentenció.

“Es demasiado pronto para decir (si la negociación será un éxito). Pero no puedo decir que sea pesimista”, recalcó el líder norcoreano que iniciará mañana una visita de Estado de dos días a Vietnam.  Sin hoja de ruta futura y con la credibilidad del proceso de negociación en baja, varias potencias mundiales lamentaron el fracaso de una cumbre en la que se habían depositado tantas expectativas.

Corea del Sur, Alemania y Rusia lamentaron el abrupto final y el fracaso del encuentro, aunque destacaron como “positivo” que el proceso negociador se mantenga en pie. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, en tanto, aseguró que se hicieron “avances reales” en el encuentro, y se mostró “optimista” a pesar de los desacuerdos.

(Télam)