En medio del catálogo inmenso de Netflix, a veces la mejor elección es una miniserie intensa y bien narrada, que combine una historia atrapante con una duración perfecta para ver en una noche. Alias Grace es exactamente eso: una producción de solo seis episodios, cargada de tensión, misterio y una ambientación impecable que nos transporta al siglo XIX.
Basada en la novela homónima de Margaret Atwood (autora de The Handmaid’s Tale), esta serie adapta un hecho real: el asesinato de Thomas Kinnear y su ama de llaves Nancy Montgomery, ocurrido en 1843 en Canadá. La principal acusada fue Grace Marks, una joven sirvienta inmigrante de origen irlandés, cuya historia sigue generando controversia y fascinación hasta hoy.
La serie arranca años después del crimen, cuando un psiquiatra ficticio, Simon Jordan, es convocado para entrevistar a Grace en prisión y determinar si puede ser exonerada. A través de estos encuentros, se reconstruye la vida de la protagonista: su infancia marcada por la pobreza, su llegada como empleada doméstica y los eventos que desembocaron en el brutal doble asesinato.
Lo interesante es que Grace no narra su historia como una víctima ni como una asesina: juega con los recuerdos, manipula los silencios, y deja al espectador en una tensión constante sobre si es inocente, culpable o ambas cosas al mismo tiempo.