“El impacto de esta reforma no va a ser inmediato”

“Lo que hace el presidente es lo que hay que hacer, aunque no tiene el éxito garantizado”, sostuvo el economista Juan Luis Bour, que apoyó la reforma tributaria.

Aunque todavía no llegó al Congreso en forma de proyecto,  algunas de las pautas que contendrá la reforma tributaria, presentadas la semana pasada por el ministro Nicolás Dujovne, empezaron a generar repercusiones en distintos sectores.

El economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) Juan Luis Bour evaluó que “no va a permitir una baja sustancial de impuestos”, pero conseguirá “reducir la carga sobre la inversión y el sesgo antiexportador”.

“Creo que es parte de un proceso que va a mostrar, suponiendo que se apruebe en un 90 por ciento, un impacto favorable”, sostuvo en diálogo con Diario Vivo.

¿La reforma tributaria es profunda y progresiva?

-Contempla muchos impuestos para reducir la carga sobre la inversión y el sesgo antiexportador. Hay que ver que la reforma se apruebe tal como va a ser enviada al Congreso porque, seguramente, va a tener cambios. Pero es ambiciosa para esos objetivos, teniendo en cuenta el panorama fiscal que tiene Argentina, que no se puede permitir un aumento sustancial del déficit, que hoy está en 6 puntos del PBI.

¿Qué opina sobre la modificación de algunos impuestos concretos?

-La reforma no va a permitir una baja sustancial de impuestos, pero no se puede pensar en una reducción importante si no se compensa con otros tributos, con una mayor reducción de gasto o con mayor crecimiento económico. Dado esto, la reforma logra bajar la carga tributaria.

Algunos sectores reclaman que el esquema planteado por el gobierno no contempla una reducción del IVA, considerado un impuesto regresivo.

-Si se reduce el IVA, se reduce la tributación sobre el consumo y no se puede reducir la tributación sobre la producción. Para hacer una reducción generalizada y profunda de impuestos, hay que encarar una gran reducción del gasto. El que quiere bajar el impuestos, tiene que bajar el gasto.

En ese esquema, ¿le parece que se debe empezar por los tributos que promueven la producción antes que por los que alientan el consumo?

-El gobierno tiene la meta de reducir el déficit primario a cero en 2021. Ese día será posible reducir la estructura tributaria. Yo empezaría por la reducción de impuestos a los ingresos brutos, las transferencias financieras, porque es lo que pega a todo el mundo y, a la larga, se traslada al consumo. Esta reforma propone alguna progresividad,  con el subsidio a la contratación de mano de obra con salarios inferiores a 12.000 pesos ya que eso favorece a la mano de obra de baja calificación y a la formalización.

¿Cree que la reforma va a ser efectiva, en términos de los objetivos que se plantea, y que va a redundar en el crecimiento de la actividad productiva y del empleo? 

– El proceso va a ser lento y se va a ver una luz de mejora en los próximos años. Pero hay que generar confianza, señales que sean creíbles y que se comprueben. Es cierto que el impacto de esta reforma no va a ser inmediato y no va a mover el sustancialmente el amperímetro del empleo. Creo que es parte de un proceso que va a mostrar, suponiendo que se apruebe en un 90 por ciento, un impacto favorable. Lo que hay que lograr es una mejora intersemestral. Se está empezando a ver una mejora del empleo y, por ahí, para el segundo semestre del año que viene es posible una suba que, en lugar de ser de un punto, sea de 1,3.

¿Cree que va a tener mayor impacto sobre las pequeñas y medianas empresas o sobre las grandes?

Favorece a las pequeñas y medianas porque son las que tienen más movimiento. Los beneficios planteados en la reforma tributaria no van a hacer que aumente sustancialmente la contratación de empleados. El sector de servicios y comercio se mueven bastante, aunque por ahí surgen con dos empleados. Construcción e industria van a ir con su propia inercia. Si no, hay que encarar una reforma laboral más profunda y hay que meterse con sindicatos, lo que puede generar una ruptura política.

¿La gira de Mauricio Macri por Nueva York, para transmitir confianza en los inversores externos, es efectiva? 

-La gira es parte de lo que hay que hacer para generar un clima de confianza, para explicar la política económica, para mostrar que estamos en un país que sigue ciertas reglas. Eso tiene resultados si después se muestran logros concretos, si la reforma se aprueba en el Congreso. Por ahora, se ve que la inversión bruta fija creció 14 por ciento interanual en el segundo semestre. Eso muestra que se está empezando a recuperar la inversión, aunque desde niveles muy bajos. Se requiere que el sector privado tome la posta. Eso parece que está empezando a ocurrir en energía, construcción y agro. Lo que hace el presidente es lo que hay que hacer, aunque no tiene el éxito garantizado.