Dos arquitectas irlandesas, ganadoras del premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura

Yvonne Farrell y Shelley McNamara, fundadoras de Grafton Architects, fueron reconocidas por el “dominio del ambiente urbano y el oficio de la construcción”.

“Una de las actividades culturales más complejas e importantes del planeta”. Así definen las arquitectas y educadoras irlandeses Yvonne Farrell y Shelley McNamara a la arquitectura. El dúo, de Grafton Architects, acaba de ganar el Premio Pritzker, considerado el Nobel en esta disciplina.

Farrell y Shelley señalan que lo que realizan es “una arquitectura que se encargue de intensificar las relaciones de la arquitectura con su contexto” y con la historia del lugar. “La arquitectura es un escenario para la vida humana. Nos conecta con el mundo de una forma que posiblemente ninguna otra disciplina podría”, definen.

Yvonne Farrell y Shelley McNamara, fundadoras de Grafton Architects.

Las ideas de las dos arquitectas pueden verse en países como Irlanda, Reino Unido, Francia, Italia y Perú, en proyectos como el Urban Institute of Ireland, University College Dublin (Dublín, Irlanda 2002); Solstice Arts Centre (Navan, Irlanda 2007); Loreto Community School (Milford, Irlanda 2006); y la Medical School, University of Limerick (Limerick, Irlanda 2012).

London School of Economics, en Londres.

Según la Fundación Hyatt, que patrocina el premio, las dos arquitectas irlandesas “crean espacios que son a la vez respetuosos y nuevos, honrando la historia al tiempo que demuestran un dominio del ambiente urbano y el oficio de la construcción”.

El jurado del Pritzker, por su parte, señaló: “Pioneras en un campo que tradicionalmente ha sido y aún es dominado por hombres”, Farrell y McNamara “son también faros para otras mujeres al forjar su camino profesional ejemplar”.

“Su acercamiento a la arquitectura es siempre honesto, y revela un proceso de comprensión de los procesos de diseño y construcción de estructuras de gran escala o de los más pequeños detalles. Es generalmente en estos detalles, especialmente en edificios con presupuestos modestos, donde puede sentirse un gran impacto”, agregó el jurado.

Espacio central en Dublin City Library.

El premio que se entrega desde 1979 de manera anual “a un arquitecto o arquitectos vivos cuyo trabajo construido demuestra una combinación de talento, visión y compromiso” consiste en la entrega de cien mil dólares y una medalla de bronce.