Cuando no, es no

El inesperado cambio en el libreto de la tradicional ópera Carmen, intenta denunciar y problematizar la violencia de género

La clásica y tradicional ópera Carmen, de Georges Bizet, encontró un final alternativo al original de la mano de Leo Muscato, quien la presentó en el Teatro de Florencia. Si bien tuvo el respaldo institucional del Teatro Maggio donde se presentó, y del alcalde de Florencia, el público no la recibió en buenos términos.

 

 

La famosa ópera Carmen, ambientada en la Sevilla, España de 1820, cuenta la historia de amor entre una mujer gitana de gran temperamento que seduce y enamora a Don José, un miliciano joven e inexperto en los temas de amor. En ese transcurso, él abandona a su anterior prometida, también el ejército, uniéndose a un grupo de contrabandistas. Pero la historia da un giro cuando Carmen, a su vez, abandona al ex soldado por un Torero llamado Escamillo, y Don José, entre la ira y los celos, la asesina.

La historia es conocida para cualquier aficionado a la ópera en el mundo, y si bien actualmente se están desplegando los debates correspondientes en torno a las obras y sus autores, o los contenidos de las obras y las corrientes feministas, es complejo aún, sobretodo dentro del ámbito más conservador de la ópera, puntualmente en Italia, esperar buenas repercusiones de los cambios a las piezas clásicas.

 

 

En este caso, el cambio que introduce Muscato es que al momento en que Don José intercepta a Carmen para asesinarla, ésta logra desarmarlo, hacerse del arma y terminar finalmente con la vida de su maltratador.

En el estreno en el teatro florentino hubo abucheos; los espectadores expresaron su rechazo al inesperado cambio en la historia que, sin embargo, no es un injustificado capricho de autor, sino una forma de denuncia contra uno de los mayores problemas en la sociedad italiana: la violencia machista, que deja unas 120 mujeres muertas cada año. Las cifras señalan que cada 72 horas, una mujer es asesinada en el país.

La decisión de Leo Muscato, respaldada por las autoridades del Teatro del Maggio Musicale, reabre un debate frecuente en la actualidad: ¿hasta qué punto las obras de arte deben verse afectadas por motivos de controversias sociales? Incluso el alcalde de Florencia, Dario Nardella, apoyó el cambio del final de Carmen porque consideró que así se envía un “mensaje social, cultural y ético que denuncia la violencia sobre la mujer, en aumento en Italia”.

 

 

De todas formas, según recordó la cadena Russia Today, no es la primera vez que el texto de esta ópera se ve sometido a ‘revisiones’ ni la primera vez que se tergiversa su trágico argumento para hacer una protesta. En 2014, el director argentino Marcelo Lombardero propuso en Uruguay una Carmen a ritmo de hip-hop y bachata que contaba la historia desde un punto de vista alternativo, planteando igualmente una denuncia de la violencia de género.