Clint Eastwood vuelve a captar la atención de los usuarios de Netflix con una de sus obras más atípicas y provocadoras: La venganza del muerto (High Plains Drifter, en su título original). Este western de 1973, que en su momento dividió aguas entre la crítica y el público, hoy se posiciona entre lo más visto de la plataforma, consolidándose como una película de culto que sigue generando conversación.
Rodada en un desolado paraje del desierto californiano, Eastwood no solo protagoniza sino que también dirige esta historia. Para lograr la atmósfera árida y fantasmal que pide el guion, el actor decidió construir desde cero todo un pueblo ficticio. El resultado fue una producción rápida pero meticulosamente diseñada, que se convirtió en un referente del género por su estética singular, su ambigüedad moral y su tono casi sobrenatural.
En el film, un misterioso forastero sin nombre llega a un pequeño pueblo fronterizo marcado por la culpa colectiva y los secretos enterrados. Su presencia desata un espiral de violencia, tensiones y enfrentamientos éticos. A diferencia del western clásico, donde el héroe es claro y la justicia tiene un camino predecible, La venganza del muerto presenta un personaje implacable, ambiguo, que no busca redención sino venganza.
Aunque en su estreno fue criticada por su violencia explícita y su mirada oscura del género, con el paso del tiempo la película fue reevaluada por cinéfilos y expertos, quienes la consideran una obra clave dentro del western revisionista. Hoy, más de 50 años después, vuelve a ser redescubierta por nuevas generaciones, y su impacto sigue intacto.