Cataluña y España, en horas decisivas

Mañana el presidente catalán debe comunicar si declaró o no la independencia. El gobierno español podría hacer uso de un artículo de la Constitución para remover al gobierno regional.

Quedan pocas horas para que se venza el plazo otorgado por el gobierno español para que el presidente de Cataluña Carles Puigdemont despeje las dudas acerca de si declaró o no la independencia. Pero a menos de 24 horas de que ese tiempo se agote, Puigdemont no da señales de lo que podría hacer mañana.

En el Congreso de los Diputados, el jefe de Estado Mariano Rajoy le solicitó a los catalanes que hagan “un esfuerzo para convencer al señor Puigdemont de que no cree más problemas”. De esta forma, agregó, el Gobierno no se vería obligado a tomar decisiones “que sin duda alguna sería mejor” no tener que tomar. En este sentido, Rajoy se dirigió a Puigdemont y le pidió que actúe con “con sensatez”.

Por un lado, Rajoy dio muestras que la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución española, que habilita la intervención de Cataluña, sigue en pie. Sin embargo, el presidente español también adelantó que si Puigdemont convoca a elecciones regionales no harpan usa de la herramienta constitucional.

Mientras tanto, desde Cataluña se amontonan las especulaciones sobre la decisión que tomará Puigdemont. El llamado a elecciones fue descartado de plano por el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno catalán, Raül Romev y, en cambio, pidió que el gobierno español abra el diálogo y advirtió: “Nos amenazan con el 155. Pero lo han aplicado ilegalmente, nos amenazan con algo que ya están haciendo por la puerta de atrás”.

La más firme de las versiones indica que el presidente catalán se mantendrá en su postura de no dar mayores precisiones sobre la declaración de la independencia. Desde Madrid, esta postura podría ser tomada como una respuesta afirmativa al requerimiento hecho por Rajoy sobre la creación o no de una república catalana.

En tanto ayer 200 mil personas, según la Guardia Urbana, se concentraron en Barcelona para pedir la puesta en libertad de los presidentes de la ANC, Jordi Sànchez, y de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Ambos dirigentes están detenidos acusados de sedición.