A la mesa…

Durante octubre, en los puestos saludables del Gobierno porteño se ofrecerán charlas para mejorar los hábitos alimenticios a partir de la buena “comensalidad”.

Las “estaciones saludables” brindarán “charlas abiertas y actividades” sobre nutrición durante octubre.

“Nutricionistas detallarán la importancia de compartir la comida alrededor de la mesa, así como darán consejos para un sano ambiente al momento de alimentarse”, indicó el Ministerio de Salud del Gobierno porteño.

“El acto de comer para los seres humanos implica mucho más que el simple hecho de ingerir alimentos, es el momento en el cual se establecen y refuerzan las relaciones que sostienen a la familia y a la sociedad. La mesa es el espacio simbólico donde un grupo comparte sus valores y sentidos sociales. Las conductas alimentarias comienzan a desarrollarse desde edades tempranas y luego influirán en la salud durante la edad adulta”, agregaron desde la cartera.

Según la primera Encuesta Alimentaria y Nutricional de la Ciudad de Buenos Aires, de 2011, la cena es el momento en el que las familias se reúnen con mayor frecuencia durante unos 50 minutos.

La medición también reveló que en dos de cada cinco hogares con niños se mira televisión durante las comidas siempre y en uno de cada cuatro, nunca. En las casas con adolescentes la televsión permanece encendida durante la mesa familias siempre y sólo en el 15 por ciento, nunca.

Importancia de la comensalidad:

– Buen ambiente alimentario: el tipo de ambiente alimentario familiar influencia el desarrollo y refuerzo de los comportamientos alimentarios de los niños. Es necesario un buen ambiente alimentario en la familia para mejorar la calidad de la alimentación de la persona toda la vida.

– Contexto familiar: los modelos de alimentación que transmiten los padres están condicionados por tradiciones, disponibilidad de alimentos y por la interacción con los niños. El contexto familiar tiene enorme influencia en las preferencias/rechazos del niño a determinados alimentos. Las conductas de los padres en relación a la alimentación de los niños, es decir, la presión, el elogio, las amenazas, las recompensas y los razonamientos son recibidos, traducidos e interpretados por sus hijos. Esto impactará en las conductas del niño y en su salud física y emocional.

– Mirar televisión: esta práctica durante la comida puede dificultar el registro de los sabores y de la sensación de saciedad. Esto lleva a un mayor consumo de alimentos, que se relaciona al incremento del sobrepeso y la obesidad.

– Una alimentación de mejor calidad está relacionada a factores como la frecuencia, el lugar, la presencia de los padres.

– Una alimentación de menor calidad se relaciona con la participación activa de los niños en las decisiones alimentarias ya que suele implicar la selección de alimentos menos saludables.